jueves, 27 de noviembre de 2008

BECAS de la SEP

Estimados colegas:
Les enviamos la convocatoria a diversas becas que ofrece la SEP, el día 30 de noviembre se cierra la Convocatoria, envíen esta información a sus alumnos.

LA SEP LANZÓ UN PROGRAMA DE BECAS PARA LA EDUCACIÒN SUPERIOR otorgando de 7,500 a 9,000 pesos (pago en una sola exhibicion a finales de este año). El programa ha tenido difusiòn en distintos medios, pero por alguna extraña razón no ha tenido respuesta por parte de la poblaciòn. El programa cuenta con un presupuesto de 446 MILLONES DE PESOS lo que significa que se otorgaran 55 MIL BECAS!

La fecha de cierre en la convocatoria es el 30 de noviembre. Hasta el día de hoy tan solo se han hecho 15 mil solicitudes (menos del 50%). De no ser entregadas todas las becas se corre el riesgo de que se reduzca el presupusto para el próximo año.

Son 5 modalidades de becas: Excelencia: para estudiantes que egresaron con 10 de promedio de la prepa y que actualmente estàn en la universidad. (7,500 pesos) http://www.fonatur.gob.mx/gobierno/Sec_Gob/CURP/CurpPS_HTML/jsp/curpTDP.html

Titulación: estudiantes que hayan aprobado las asignaturas de la licenciatura o técnicosuperior universitario para que puedan ELABORAR su tesis, tesina ocualquier método para titularse. (9,000 pesos).
http://ses2.sep.gob.mx/pronabes/conv0809/becanetsup/ssyt.pdf

Servicio social: para estudiantes que cursen los últimos dos semestres de una carrera y que se encuentren realizando el servicio social. (9,000 pesos). http://ses2.sep.gob.mx/pronabes/conv0809/becanetsup/ssyt.pdf

Vinculación: a quienes estén cursando los últimos dos semestres de su licenciatura y busquen participar en algún programa de vinculación con el sector productivo que haya en su universidad. (9,000).
http://ses2.sep.gob.mx/pronabes/conv0809/becanetsup/vinc.pdf

Superación profesional: egresados de las escuelas normales públicas del País que acreditaron el Examen General de Ingreso al Servicio Docente y no obtuvieron una plaza.(7,500 pesos).

http://ses2.sep.gob.mx/pronabes/conv0809/becanetsup/norm.pdf

¿CÓMO HACERLE?

1. ENTRAR A ESTA PÁGINA Y SELECCIONAR LAMODALIDAD DE SU INTERES. (si tarda en cargar no se desesperen..) http://becanetsuperior.sep.gob.mx/

En està pàgina podrán checar los detalles y ahí mismo hacen el trámite....antes de iniciar el tràmite TENGAN ESCANEADOS LOS DOCUMENTOS !!! Dependiendo de la modalidad elegida adjuntan los documentos (en formato JPG y no mayor a 585 kb) requeridos a solicitud: (en el cuadro de abajo vienen específicamente los documentos para cada una de las becas)

1 Constancia emitida por la escuela donde acredite ser alumno regular y contar con el promedio requerido.
2 Oficio de aceptación para realizar el servicio social.
3 Oficio de aceptación del método de titulación.
4 Comprobante de haber acreditado el examen de ingreso al servicio docente.
5 Constancia emitida por la escuela donde acredite estar inscrito en algún programa de vinculación acorde con el area de conocimiento.
6 CURP (les anexo la pàg por si no tienen su curp....http://www.fonatur.gob.mx/gobierno/Sec_Gob/CURP/CurpPS_HTML/jsp/curpTDP.html

............Cortesía de Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales AC (CEAS)México.WEB: http://ceas.org.mx/http://ceasmexico.wordpress.com/

martes, 18 de noviembre de 2008

Cátedra Friedrich Katz, edición 2008

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Instituto de Ciencias Sociales y Administración
Departamento de Humanidades
Licenciatura en Historia y Cuerpo Académico de estudios históricos No. 36
Invitan a la sesión 2008 de la

Cátedra Internacional de Historia latinoamericana Friedrich Katz

Africanos, esclavos, negros y mulatos en América y el Caribe. Historia de una población sin Historia.
A cargo del Dr. Juan Manuel de la Serna Herrera del
Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe
UNAM

Del 19 al 21 de Noviembre de 2008
De 9:00 a 13:00 horas
Laboratorio de Humanidades, edificio T, planta baja

Informes al 6 88 38 97 extensiones 3998, 3999
darceo@uacj.mx;
jochavez@uacj.mx
maacosta@uacj.mx

lunes, 3 de noviembre de 2008

Hacia una historia de la historia cultural

Definir qué se entiende por historia cultural es una labor a la que algunos historiadores se han dedicado, este es el intento de uno de ellos, Roger Chartier, quien explora esa definición a partir de postulados previos con los cuales no está completamente de acuerdo y que le permiten iniciar una serie de planteamientos y reflexiones en un intento de llegar a un acuerdo para esta definición tenga sentido.[1]

Chartier da principio a este capitulo tratando de entender a la historia cultural a partir de los planteamientos de Lynn Hunt, quien publicó una serie de ensayos compilados bajo el nombre de Nueva historia cultural en 1989. Después de su lectura encontró tres características en todos esos trabajos: en primer lugar, centran su atención en intentar comprender las relaciones entre los símbolos y el mundo material; en segundo lugar, los historiadores han volteado a ver a la antropología y literatura, lo que ha llevado a intentar comprender el significado simbólico de las conductas; en tercer y último lugar, reflexionan en torno a la manera de construir las narraciones y el análisis histórico.[2] Tal parece, según opina Chartier, lo que Hunt llama la nueva historia cultural es, una especie de costal donde caben todo tipo de planteamientos de corrientes distintas como la historia de las mentalidades, identificada con la escuela de los Annales, la microhistoria italiana y la historia estadounidense de influencias antropológicas.

Sin embargo, la nueva historia cultural, o al menos la nueva, es de un tiempo más próximo, apenas de 1989, según Hunt, pero antes qué podemos ubicar como historia cultural. La respuesta parece estar en las investigaciones de los historiadores franceses de la escuela de los Annales: la historia de las mentalidades, una historia centrada en la mentalidad colectiva, enfrentada a la intelectual que se elabora de manera consciente, una historia vinculada con la economía, por lo tanto serial y estadística, una historia que borra las diferencias entre clases pero establece categorías intelectuales.

Esta historia de las mentalidades, propuesta por los miembros de la tercera generación de Annales, entre los que se encuentra Jacques Le Golf y el propio Chartier, tuvo la peculiaridad de lograr un equilibrio entre la historia y las ciencias sociales, al apropiarse de métodos de análisis y desplazarse en los temas de investigación. Sin embargo, despertó varias críticas que en su mayoría estaban dirigidas a combatir la idea globalizante de la mentalidad como un ente homogéneo, Carlo Ginzburg, criticó, en una especie de autodefensa de Menocchio, el monopolio de las mentalidades que dejaba fuera cualquier forma de pensamiento consciente independiente y que olvidaba las singularidades, por su parte, Geoffrey Lloyd atacó el conjunto monolítico de ideas y creencias que se le asignaba a una misma sociedad y la regulación de todos los individuos a una misma estructura mental. Fue Lloyd quien propuso sustituir a las mentalidades por estilos de racionalidad, que dependían del contexto de discurso y registro de experiencias. En suma, las críticas se oponían a una reducción de la pluralidad en las formas de pensar.

Presentados de manera general los postulados de la historia de las mentalidades, sus críticas y lo que éstas provocaron: una exigencia hacía el uso individual, es decir, a centrarse en las modalidades especificas de apropiación cultural, y entender las representaciones que del mundo se hacen como diferencias que existen y caracterizan a la sociedad, es decir, dejar a un lado la idea que las mentalidades borraba cualquier división de la sociedad y que suponía que dos clases o grupo sociales, antagónicos, tenían una misma forma de pensar enmarcada en una sola estructura mental. Ese cambio es, tal parece lo que Hunt llamó nueva historia cultural en 1989.

A pesar de las contribuciones a la historia de las mentalidades, la propuesta de 1989 sobre historia cultural tampoco es lo suficiente, ya que cuenta con algunas lagunas, de tal manera que Chartier se pregunta: ¿Cómo apreciar las aportaciones de la historia cultural en su nueva definición? Y entonces, al igual que Burke en su propio intento por definirla desde otro ángulo, se enfrenta a la problemática de definir en primer lugar a la historia cultural. Una primera complicación que tenemos que resolver para comprender de manera más precisa a esta historia es la delimitación de su campo de estudio, ¿Qué entra en esta historia y que no y porqué? O en palabras del propio Chartier:

“¿Se debe, por tanto, cambiar de perspectiva y considerar que toda historia, cualquiera que sea, económica o social, demográfica o política, es cultural, yeso en la medida en que todos los gestos, todas las conductas, todos los fenómenos objetivamente mensurables son siempre el resultado de las significaciones que los individuos atribuyen a las cosas, a las palabras y a las acciones?”.[3]

El gran riesgo, según esta pregunta es que “todo” sea historia cultural, que esta historia se convierta en una definición globalizante que la identifique con la misma historia y termine por disolverla.

La segunda problemática se refiere al apellido de esta nueva historia, la cultura, ¿Qué se entiende por cultura? Llegar a un consenso en su definición dejará muchas cosas en claro y permitirá estar de acuerdo a los investigadores. En torno a las definiciones, se pueden encontrar dos opciones de cultura, aquella que entiende como cultura:

“[…] la que designa las obras y los gestos que, en una sociedad dada, se sustraen a las urgencias de lo cotidiano y se someten a un juicio estético o intelectual, y la que considera las prácticas ordinarias a través de las cuales una comunidad, cualquiera que sea, vive y refleja su relación con el mundo, con los otros y con ella misma.”[4]

A pesar los problemas evidentes que provoca la historia cultural en su definición y en sus diferentes herencias y tradiciones, Chartier se encuentra cuestiones comunes entre enfoques diversos, a su parecer, la primera de ellas es que la historia cultural, o los trabajos identificados como tales, tienen en común referirse a la articulación de obras singulares y representaciones comunes, es decir, la forma o el proceso por el cual una obra es apropiada por un receptor y cobra sentido.

En este punto, donde se pone, especial interés en la relación lector-texto, y que se separa de interpretaciones estructuralistas o semióticas que otorgan el significado de la obra de acuerdo al lenguaje -es decir, un texto adquiere significado en si mismo, en relación al lenguaje sin la necesidad de establecer una relación con el mundo material-, y opta por una sociología de los textos, que considera la materialidad del texto, su historia y la historicidad del lector como factores que determinan la apropiación o rechazo.[5]

Una segunda cuestión que comparten los trabajos de historia cultural es la forma en que conciben la relación entre cultura popular y cultura sabia, y es en este punto donde se encuentra otro “nudo” o problemática de la historia cultural o historiadores culturales. Por un lado, están los que opinan que la cultura popular es un ente simbólico coherente con lógica ajena a la cultura sabia, y por el otro, se encuentran los que opinan, desde una perspectiva con influencias marxista, que la cultura popular se comprende a partir de las dependencias y relaciones con la cultura de los dominantes. Dice al respecto Chartier: “Por un lado, entonces, la cultura popular es considerada autónoma, independiente, cerrada sobre ella misma; por el otro, se define totalmente por su distancia frente a la legitimidad cultural.”[6]

En todo caso, la atención, según Chartier, no debe centrarse en definir lo popular y lo sabio, o sus límites, puesto que cohabitan en un mismo espacio y tiempo en donde no existen independientemente la una de la otra sino que mantienen determinadas relaciones que van cambiando con el paso del tiempo y es ahí, o debería ser ahí donde el historiador plantearía preguntas dedicadas a comprender cómo estás dos culturas se entrelazan, cómo los dominados se apropian de la cultura dominante.

La tercera y última cuestión es la referente a la articulación entre las prácticas y los discursos, es decir, a las condiciones de posibilidad o capacidad de inventiva de los actores sociales con respecto de los marcos de dominación que sólo permiten pensar, decir y hacer algunas cosas. De esa manera, la historia cultural ha contribuido a la historia política para tratar las relaciones de poder, y a la historia social para considerar la aceptación o rechazo de parte de los dominados de las representaciones que perpetuán su situación de subordinados.

A manera de reflexión final, la historia cultural propone otra lectura de los hechos en una dimensión más individual, propone que el historiador considere cuestiones como apropiación, representaciones, significaciones y símbolos de los acontecimientos como expresiones de la cultura, así como los cambios, apropiaciones o tensiones entre culturas y la forma en que se reflejan en el mundo material. Lo que esta capitulo presente bien pude estar encuadrado en una historia de la historia cultura, ya que rastrea los inicios y los cambios que ésta ha tenido, sus criticas, sus problemáticas y debates más actuales. La historia cultural lo que plantea es la pluralidad de las ideas y de apropiación de una cultura, incluso cuestiona la existencia de una sola cultura global en donde todos los individuos estén inmersos de manera pacifica, siempre pasivos. En cambio, tiene los grandes problemas de estar dentro de un contexto posmoderno donde muchas cosas se relativizan pero hay una necesidad de entender y comprender el presente, interpretando el pasado desde otro ángulo.


[1] Roger Chartier, “La nueva historia cultural” en El presente del pasado. Escritura de la historia, historia de lo escrito”, (México: Universidad Iberoamericana, 2005).
[2] Ibid., 13-14.
[3] Ibid., 22.
[4] Ibid., 22.
[5] Ibid., 28.
[6] Ibid., 30.